Es como si hubiera sido ayer, pero no. Ya pasaron más de dos décadas desde que nació la primera página web de la historia. Fue Tim Berners-Lee quien lo hizo y ahí cambió todo el devenir de nuestro tiempo…
El mundo digital no es nuevo: para las nuevas generaciones que crecieron rodeadas de un mundo digital, es tan normal tener una computadora, smartphone o tablet, como tener televisión, radio o diarios. Eso muestra la visión del nuevo consumidor.
¿Pero qué pasa del otro lado? Claro que sigue habiendo personas que se niegan rotundamente a tener uno de “esos aparatos del infierno” como llaman a los smartphones, porque ellos lo único que quieren con un teléfono móvil es llamar y para eso vale también un “zapatófono”. También están los que se niegan a abrir una cuenta de Facebook, simplemente porque “no quiero que mis fotos anden pululando por ahí”.
Bien, las personas podemos elegir, porque al fin y al cabo la libertad de elección es un privilegio que aún tenemos los seres humanos… ¿Pero qué pasa con las empresas? ¿Ya sean las pequeñas y medianas como las grandes? ¿Qué pasa con los negocios y locales? ¿Con los microemprendimientos?
¿Recuerdan el ejemplo del buen médico? (Ver) Es perfecto para ilustrar esto: todas las técnicas del mundo off-line son imitadas y traducidas a un nuevo mundo, el mundo online. En el ámbito digital aparecen nuevas herramientas como la inmediatez, las nuevas redes que surgen día a día, y la posibilidad de mediciones reales de cada una de las estrategias empleadas.
Hay ciertos puntos que establecen con claridad las diferentes campañas que se hacían antes del boom de esta era digital, y lo que puede hacerse ahora, o incluso lo que ya se está haciendo.
Y es que el espacio que da el mundo digital al usuario es cada vez más incluyente, y queramos o no, se está hablando de tu producto allá afuera, está quedando plasmado en alguna plataforma digital. Y he aquí el quid de la cuestión: lo podés ignorar o tomar en cuenta.
La recomendación es que hagas lo segundo. Y es por eso que te damos algunos tips para que puedas entrar con tu negocio en el mundo digital (¡y sin miedos!):
. Organizar la información: venís de un mundo donde la información estaba colocada en el punto indicado por el anunciante. Ojo: en el mundo digital, en buena parte de los casos, es el usuario quien busca, y entonces la información aparece.
. Prestar atención a la percepción del producto: de un mundo donde las guías sobre productos y servicios eran dominadas por opiniones y recomendaciones de expertos, pasamos a un mundo donde el consumidor tiene voz y voto sobre la crítica.
. Cuidar la reputación: si antes tenías un fuerte control sobre los espacios en los que se hablaba de tu producto, y una mayor regulación de lo que allí se comentaba, ahora cualquier consumidor puede tener un espacio donde comunicarse y dejar su opinión, un espacio accesible a cantidades ilimitadas de público.
Lo digital llegó para quedarse.
Lo digital está acá y no hay marcha atrás.
Debemos decidir nosotros qué es lo que queremos: quedarnos para ver cómo nos pasa el tren por al lado o subirnos y aventurarnos.