En el marketing digital, al igual que en la publicidad más tradicional, hay dos ingredientes sin los cuales es casi imposible conseguir resultados: un buen diseño y un buen copy.
Escribir textos atractivos y convincentes para internet tiene mucho de arte, pero también de ciencia.
Con estos ocho trucos, ¡no habrá copy digital que se te resista!
. Organizate antes de empezar: acá es donde comienza la parte científica a la que nos referíamos antes; para escribir un buen copy digital tenemos que saber qué tenemos que contar y cómo queremos contarlo. Pensemos en las diferentes piezas de la campaña y en qué elementos necesitamos para cada una de ellas.
Tenemos que analizar los beneficios del producto y ordenarlos de manera que tengan sentido para el lector. Y más que nada, asegurarnos de responder a la siguiente pregunta: ¿qué quiero conseguir con este texto?
. Conectemos con el lector: cuanto más humanos suenen nuestros textos, más fácil se nos va a hacer atravesar la barrera de las pantallas y conectar de verdad con nuestro público.
Un buen copy es el que logra atraer a los usuarios mediante contenidos personales y con valor emocional. Dar un toque personal a nuestros textos (por ejemplo, hablando de las personas detrás de la marca) nos ayudará a ganarnos la confianza de los lectores.
. Seamos visuales: a veces, todas las palabras del mundo se quedan cortas y lo que necesita el usuario es ver algo con sus propios ojos… No tengamos miedo a mostrárselo con una fotografía en el lugar adecuado.
. Bajemos del pedestal: en internet predominan las conversaciones «vos a vos» y la cercanía entre los usuarios, así que el copy digital no debe ser la excepción. Un recurso muy efectivo son los emails y posts firmados por el CEO de la compañía, en los que se dirige directamente a nuestros clientes para comunicar novedades sobre la marca.
. Seamos útiles: sencillamente, los usuarios no responden a los contenidos que no les resultan de utilidad. Para llamar la atención de nuestro público objetivo, ofrezcámosle una solución sencilla a sus problemas.
En otras palabras, si nuestro producto resuelve una necesidad del usuario, hay que mostrarlo claramente.
. La llamada a la acción en el centro: la llamada a la acción es el quid de la cuestión, lo que responde a la pregunta de «¿qué quiero conseguir en este texto?». Por lo general, nuestro objetivo será que el usuario haga clic en ella. Pero lo cierto es que no podemos plantarla de golpe después del título: cuando el usuario llegue al botón, tiene que estar convencido y preparado para dar su «sí, quiero».
. Busquemos la longitud adecuada: siempre se ha dicho que en la brevedad está el gusto, y esta afirmación es cierta para muchos tipos de copy digital, como los títulos o las publicaciones en redes sociales. También puede ser apropiado optar por lo breve cuando nuestra oferta es simple y bien conocida.
Pero si nuestro producto es complejo, se dirige a una audiencia experta o está intentando abrir un nuevo segmento de mercado, merece la pena que nos paremos a explicar en detalle quiénes somos y qué proponemos.
. Cuidemos la ortografía: cuando escribimos copy digital, este pequeño pero fundamental detalle a veces se pasa por alto. Desde la era de los SMS, la ortografía en internet no dejó de decaer, pero una falta inoportuna puede arruinar nuestro texto. ¡No nos olvidemos de pasar el corrector y revisar lo que escribimos!
